En muchas ocasiones hemos hablado del origen multifactorial del ojo seco y, en particular, de los componentes inflamatorios asociados a la sequedad ocular. Sabemos que un gran porcentaje de pacientes con ojo seco sufre inflamación crónica del párpado y/o tiene antecedentes personales de enfermedades autoinmunitarias. Sabemos también que la inflamación crónica de las glándulas lagrimales principales impide y reduce la producción del componente acuoso de la película lagrimal con una disminución importante del volumen total y del test de Schirmer.
Los corticoides tópicos como dexametasona o prednisolona se emplean frecuentemente para bajar la inflamación de la superficie ocular. Se trata de colirios con una elevada eficacia antiinflamatoria y gran rapidez de acción pero, debido a sus efectos secundarios, no pueden usarse de forma crónica. Por esta razón, desde hace más de 20 años, se usan fármacos inmunomoduladores en solución tópica cuales la ciclosporina y el tacrolimus.
La ciclosporina es sin duda el fármaco inmunomodulador más empleado para el ojo seco. Es un antimetabolito fúngico que inhibe la activación de los linfocitos IL-2, responsables de las alteraciones glandulares que reducen la producción lagrimal. Se indica principalmente para reducir la inflamación crónica del ojo seco y en casos de queratitis asociadas a esta condición, en casos de síndrome de Sjogren y en general para ojo seco acueodeficiente o mixto. De forma indirecta la ciclosporina ayuda a producir más y mejores lágrimas de forma natural. Autorizada desde el 2003 por la FDA, es un fármaco de preparación galénica generalmente empleado al 0,05%. Para estabilizar la molécula, frecuentemente se prepara en soluciones oleosas o en emulsión.
Se recomienda usar la ciclosporina en gotas al 0,05%, una gota cada 12h. Puede asociarse inicialmente a corticoides tópicos para obtener una mejoría más rápida. También encontramos formulaciones de colirio en emulsión al 0,1% que generalmente se emplean cada 12h las primeras semanas de tratamiento para pasar a cada 24h cuando hay estabilización y/o mejoría del cuadro. Frecuentemente los pacientes refieren escozor intenso al usar la ciclosporina y esto provoca abandono del tratamiento en las primeras semanas de tratamiento. Por esta razón es muy importante explicar a los pacientes que la ciclosporina tarda hasta 90 días en hacer efecto y que es normal notar un ligero empeoramiento de los síntomas las primeras dos o tres semanas de tratamiento.
Otro inmunomodulador usado en casos severos de inflamación de la superficie ocular es el tacrolimus.
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