Muchos pacientes que acuden a consulta en estos días tras la cuarentena por Coronavirus, se quejan de ojo seco y sensación de cuerpo extraño. Los que ya sufrían esta patología antes del Coronavirus han visto cómo ha empeorado en estos últimos tiempos.
Inicialmente escribimos sobre ojo seco e infección por Coronavirus, el desarrollo de conjuntivitis y los síntomas que tienen en común estas dos afecciones tan distintas. Pero con el tiempo se ha visto que los que no se infectaron también han notado más síntomas oculares compatibles con sequedad ocular. Ha habido un aumento importante de ojo seco en niños y adolescentes debido a las horas que han pasado en casa delante de pantallas. Lo que todavía no se había analizado es el ojo seco asociado a mascarilla.
La distancia social y el uso generalizado de mascarillas ha demostrado frenar la pandemia y son las dos medidas más importantes para protegerse del contagio. Debemos usar mascarillas en todos los locales cerrados y cuando no se pueda garantizar la distancia interpersonal de al menos un metro y medio.
Pero la mascarilla es incómoda y mal tolerada sobre todo con las temperaturas típicas del verano. Los pacientes con problemas respiratorios previos no respiran bien con mascarilla y necesitan levantarla de vez en cuando. Además es particularmente incómoda para los que tienen gafas debido a que se empañan y ensucian frecuentemente. El aire expirado sube por el espacio que queda entre los lados de la nariz y la mascarilla y, siendo más húmedo y más caliente, empañan los cristales de las gafas. Existen productos antivaho que duran bastante pero también atraen polvo y suciedad. Otra solución es usar esparadrapo y “sellar” la mascarilla. Es una solución algo dolorosa sobre todo a la hora de quitarla.
Pero el problema principal asociado a la mascarilla no es el vaho sobre las lentes. El flujo de aire que sube hacia arriba acelera la evaporación de nuestras lágrimas. Lo saben bien los pacientes que ya sufren ojo seco: los días de viento, el aire acondicionado y el ventilador suelen empeorar los síntomas y necesitan más lágrimas artificiales. La película lagrimal tiene una capa lipídica de protección que retrasa la evaporación natural de los líquidos. Un flujo de aire caliente y húmedo desestabiliza esta capa protectora y aumenta la evaporación de la película lagrimal natural provocando los síntomas clásicos de ojo seco y sensación de cuerpo extraño.
Lo primero que hay que hacer es usar más frecuentemente lágrimas artificiales. Es una medida básica que puede prevenir estas molestias. Preferiremos lágrimas artificiales tipo gel alternando con otras que tienen algún componente lipídico.
Otra medida que puede ayudar es colocar la mascarilla para que el aire expirado también salga por los laterales o por la parte inferior. A veces esta maniobra es algo difícil y depende mucho del tipo de mascarilla.
Debemos usar las mascarillas para protegernos del contagio y hay que usar lágrimas artificiales para limitar el ojo seco por mascarilla.
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Estila Meibopatch / Meibopatch /Theraperl